Cuando pensamos en el Trastorno por Déficit de Atención con Hiperactividad (TDAH) en la infancia, lo primero que nos viene a la cabeza suele ser un niño inquieto, que no para de moverse y al que le cuesta concentrarse en clase. Sin embargo, el TDAH es mucho más que eso.
Existen síntomas menos evidentes que a menudo se pasan por alto, lo que retrasa el diagnóstico y la intervención adecuada.
Qué es el TDAH en niños
El TDAH es un trastorno del neurodesarrollo que aparece en la infancia y se caracteriza por dificultades en la atención, la autorregulación y el control de impulsos. Afecta entre el 5 y el 7% de los niños en edad escolar (ver artículo), y puede influir en su rendimiento académico, sus relaciones sociales y su bienestar emocional.
Síntomas visibles… y síntomas invisibles
Los más reconocidos
- Inquietud motora: no parar de moverse, levantarse continuamente.
- Dificultad para mantener la atención en tareas escolares.
- Impulsividad: contestar antes de tiempo, interrumpir a los demás.
Los menos evidentes (pero igual de importantes)
- Distracción silenciosa: niños que parecen “soñadores”, que miran por la ventana o se pierden en sus pensamientos.
- Olvidos frecuentes: se les olvidan materiales, deberes o instrucciones simples.
- Problemas de organización: dificultad para seguir rutinas o planificar tareas.
- Emociones intensas: frustración rápida, cambios de humor, sensibilidad al rechazo.
- Baja autoestima: al sentirse diferentes o recibir críticas constantes.
Por qué es importante detectarlos a tiempo
El TDAH no es un problema de falta de voluntad ni de “mala conducta”, sino una diferencia en el funcionamiento del cerebro. Detectar los síntomas menos visibles ayuda a intervenir antes, evitando que los niños desarrollen dificultades académicas, sociales o emocionales más graves en el futuro.
Cómo podemos ayudar desde la clínica
En la Clínica Áurea realizamos evaluaciones neuropsicológicas especializadas en TDAH infantil. Esto nos permite:
- Identificar los síntomas principales y secundarios.
- Comprender el perfil cognitivo y emocional del niño.
- Diseñar un plan de intervención individualizado (neurofeedback, entrenamiento en funciones ejecutivas, orientación a familias y colegios).
El TDAH en niños no siempre se presenta con la clásica imagen de “hiperactividad”. Muchos síntomas son silenciosos, pero igual de significativos. Reconocerlos a tiempo puede marcar la diferencia en el desarrollo del niño.
Para saber más: Artículo completo en PCM.